Dani Rovira no deja de sorprender a propios y extraños en "La Noche D", donde vemos desopilantes entrevistas que pese al tono de seriedad que él intenta imprimirles, siempre nos hacen soltar más de una carcajada. Es lo que ha pasado en las últimas horas con Mercedes Milá.
Este ha sido el segundo episodio del programa que presenta Dani Rovira, y en la entrevista nos hemos encontrado con una situación atípica. Es que ni bien comienza la secuencia de imágenes, vemos los roles invertidos, con Mercedes Milá entrevistándole a él, en lugar de que sea al revés.
La invitada, que debía responder a las preguntas del presentador, aparece sentada frente a él y muy seria comienza a interrogarle. Este programa, el segundo del ciclo, ha estado dedicado a "La vergüenza propia y ajena". Ese era el lema del episodio número dos de "La Noche D".
Lo primero que Milá le pregunta al también actor es: "¿Tú qué hacías en febrero de 2012? Creo que era martes 19 de febrero". Sorprendido, Dani Rovira le pregunta "¿y tú cómo sabes eso?". Ella se limita a responder que se lo ha contado Scott. Se trata de su perro, quien le acompaña en la entrevista.
Fuente: (Twitter).
Con rostro bastante compungido, en un tremendo 'acting', para lo cual es muy bueno, Dani Rovira comienza a buscar la respuesta que va a dar a tamaña pregunta, por demás capciosa, ya que ella sabía muy lo que esa noche le había pasado. Y lo ocurrido hace honor al lema del 2º programa.
"Bueno, ese día yo estaba en el Teatro Alcázar haciendo mi espectáculo de '¿Quieres salir conmigo?', comenzaba diciendo en su respuesta el también comediante, que tantas risas nos ha regalado a lo largo de los años. Pero lo mejor de su relato estaba por venir.
Luego, Rovira agrega: "El espectáculo duraba una hora y cuarenta minutos, pero a los 50 minutos me dio un retorcijón y la obra duró una hora y veinte. La gente aplaudió, pero yo a los tres segundos me fui. Y me fui literal y metafóricamente hablando", mencionó, haciendo soltar una gran carcajada a Mercedes.
Ella le preguntó cómo hizo para soportar tanto tiempo, y él dijo para cerrar: "No sé cómo aguanté tanto. Y cuando llegué al baño, había altavoces y oía que la gente seguía aplaudiendo, porque pensaba que yo iba a salir a saludar. Pero yo no estaba para saludar. Y por eso me molesta que la gente, cuando va al teatro, me diga: 'Mucha mier**'", finalizó.