Chábeli Iglesias tuvo un pasado de mucha exposición mediática, lo cual se explica a las claras por el hecho de ser la primogénita de uno de los artistas más relevantes de los últimos 50 años. Como no podía ser de otra manera, los medios hicieron foco en ella por mucho tiempo.
Así, Chábeli Iglesias fue un personaje público hasta que un día decidió cambiar el rumbo y alejarse de las cámaras. Por supuesto que nunca lo logró del todo, pues ello sería imposible, pero comenzó a vivir de una manera diferente y con relativa calma.
El tema que hoy nos ocupa sobre la descendiente de Isabel Preysler tiene que ver con una circunstancia particular que ocurrió hace años, cuando se casó con Ricardo Bofill. Es que, pese a que todos apostaban por ellos y aseguraban que estarían juntos hasta sus últimos días, no llegaron al año y medio.
La expresentadora contrajo matrimonio el 11 de septiembre de 1993, y en febrero del 95 anunciaron que se separaban. Él es hijo de un famoso arquitecto y una actriz italiana, y se habían conocido un año antes del feliz acontecimiento. Ella tenía 21 años y sus allegados no veían con buenos ojos que se desposara a tan corta edad. Al triste desenlace lo informó ella.
Su marido ha dejado el domicilio conyugal en Miami y vive en un hotel.
Así lo mencionaba la abogada de la ex 'influencer' en una exclusiva para la revista '¡Hola!'. Esperanza Castroversde, la letrada, añadía que por "desavenencias surgidas en la vida conyugal, han determinado su separación de hecho, como el paso previo a la iniciación del procedimiento judicial".
Luego fue el turno de hablar de la hermana de Enrique Iglesias y Tamara Falcó, y esta mencionaba: "El motivo de nuestra separación son las diferencias de personalidad. Lo que Ricardo quiere es una vida muy distinta a la que yo anhelo. Yo soy muy tranquila. Me gusta la paz y estar en casa".
Por último, Chábeli Iglesias expresaba: "Y a él le gusta la noche, salir con sus amigos y otra clase de rutina que creo que no está acorde con la vida de pareja. Es un bohemio. Lo hemos meditado mucho. He intentado al máximo que no ocurriera, pero he considerado, al final, que tengo 23 años y lo que tampoco puedo hacer es ser infeliz el resto de mi existencia".