La carrera de Alejandro Sanz es excepcional. Hoy, sin lugar a duda, podemos decir que el madrileño es uno de los artistas más importantes de España. Ganador de Grammys tanto latinos como estadounidenses, el cantante es un referente en el mundo de la música.
Su disco “Más” lo terminó de catapultar a la fama, y algunos de sus mayores éxitos se encuentran allí, en ese álbum, como “Y, ¿si fuera ella?” o el icónico tema “Corazón partío”. Pero “Amiga mía” es la balada por excelencia de Alejandro Sanz. Se podría creer que, luego de tantos años de interpretar esta canción, el cantautor ya debe estar cansado de ella. Por el contrario, la recuerda con mucho afecto, y este mismo cariño lo plasmó en Instagram.
Uno siempre vuelve a los lugares en donde fue feliz. Pues Sanz retornó a aquellos momentos del inicio de su carrera. Para eso, se trasladó a la bella ciudad italiana donde realizó el video musical de aquella inolvidable canción, y las memorias lo invadieron.
“Hace unas semanas viajamos hasta un pequeño rincón de Italia en la Costa Amalfitana. Allí grabé el videoclip de "Amiga mía”, comentaba el vocalista, para luego continuar con unas tiernas palabras. “Veinticinco años de emociones recorrieron todo mi cuerpo, agradeciendo todo lo que ha pasado desde entonces”, concluía.
El poeta es consciente de que el disco “Más” fue un antes y un después en su carrera. Ya han pasado dos décadas y media desde el lanzamiento del éxito internacional, y el intérprete de “Mi soledad y yo” lo ha traído de vuelta.
Pero “Amiga mía”, es una melodía particular dentro del disco, porque alberga una historia de lo más personal para el cantante. Como bien indica el título de la pieza, esta balada está dedicada a una íntima amiga del ganador de Grammys, Irene Chamorro.
Resulta que él estaba profundamente enamorado de su compañera, pero la amaba en secreto. La parte no tan buena de esta historia es que ella quería a otro hombre, y como acostumbran a hacer los amigos, Chamorro mantenía informado a Sanz de todo lo que iba ocurriendo con su afecto.
Pues un día, el artista se volcó a escribirle un tema a su compinche, en la que al fin le confesaría todo su cariño. De allí nació la primera parte de la canción, la cual le hizo escuchar a Irene. Pues resulta que la reacción de su colega no fue la que esperaba, y así afloró la segunda parte de la canción, en la que se puede ver a un Alejandro un poco más despechado.
Aún así, Alejandro Sanz hoy mira a este suceso con otros ojos, desde la lejanía. Si bien en su momento este amor no correspondido pudo haberlo lastimado, esta es la causa de uno de sus triunfos más importantes. Hoy en día, continúa recordando al sencillo con mucho afecto, y lo ha dejado claro en sus redes sociales.