Joaquín Prat si que está cargadito de trabajo. Este último tiempo ha sido caótico para él, pues lo inundaron las responsabilidades en Telecinco, a tal punto que acabó por estar al aire por seis horas consecutivas.
En primer lugar, el periodista tuvo que reemplazar a Sonsoles Ónega en “Ya es mediodía” tras su pasaje a Antena 3, por lo que debió dejar de lado a “Cuatro al día”. A esto le agregamos la conducción de la sección de “El club social” en “El programa de AR”, pero además, con el regreso de Ana Rosa al plató, Joaquín Prat pasó a ser copresentador del formato.
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Esto no termina aquí, porque Quintana y Patricia Pardo se han tomado un receso por las fiestas, y ¿quién queda a cargo? Así es, el pobre Prat. Nuevamente, se pone al frente de las emisiones de Mediaset para sacarlas a flote ante cualquier imprevisto, pero esto tiene que cansar bastante al presentador, que no ha tenido problema en manifestarlo.
El agotamiento del reportero se hizo evidente cuando inició el programa del martes en “Ya es mediodía”. Mientras todos sus colegas bailaban y gozaban de melodías navideñas, él se mantenía sentado. “Hola queridos, ¿qué tal? Bienvenidos”, saludaba el dinamarqués, pero sus compañeros deseaban que él se sume a la fiesta también.
Lamentablemente, Joaquín no estaba dispuesto a esto, y es que ya bastante atareado es su ritmo de vida como para además ponerse a danzar. "¿Sabes qué pasa? Que ya no me funciona el coco y ya no me da para nada más”, le comentaba a su equipo.
Para distender un poco, Miguel Ángel Nicolás le respondió: “Pero estamos aquí para dártelo todo, no te preocupes”. Las buenas intenciones del tertuliano le sacaron una sonrisa a Prat, pero esto no fue suficiente como para que se olvide de las exigencias de la cadena.
Poco tiempo después, previo a transmitir un ‘tape’ de Froilán que tardaba en salir al aire, el periodista lanzó otra indirecta: “¿Vemos la información? ¿Tenemos el vídeo? Voy con Pepa si queréis, yo lo que me digáis. Oye, yo un servidor, un esclavo”.
Como era de esperarse, esto se remató con las risas de aquellos que estaban en plató, pero, ¿qué tanto de verdad hay en las bromas de Joaquín Prat? Aunque todavía no se haya manifestado seriamente enfadado, podemos intuir que hay cierto fastidio por parte del colaborador. ¿Cómo acabará esto?