La reputación de Juan Carlos I ha quedado por los suelos luego de los audios de su entrañable amiga alemana. Ya se ha emitido el sexto capítulo de “Corinna y el Rey” y la sorpresa más impactante ha sido el rechazo por parte de la autora hacía el exmonarca.
Las anécdotas sobre la aventura de Juan Carlos I cada vez se tornan más nebulosas, siendo esta última pieza, la más reveladora de todas, ya que es aquí donde se comenta sobre cómo comenzó el final de su extraña amistad.
Mientras Corinna Larsen pueda tener un micrófono a su lado no se detendrá, su objetivo es muy claro, quiere desenmascarar al emérito rey frente a todo el mundo. Acorde a lo que cuenta en sus narraciones, no es lo que ha aparentado toda su vida, pero la verdad que se esconde detrás es incluso más complicada.
La poco afortunada noche en que su relación llegaría a su fin, el soberano la habría llevado a uno de los salones y le confesó su amor eterno, para luego proponerle, una vez más, matrimonio. Sin embargo, esta vez no contaba con el hartazgo y el remordimiento que la empresaria le había estado guardando por todos los comentarios que tuvo que soportar después de regresar del famoso safari en África.
No es que no lo amara, sino que para ese momento, ya se había dado cuenta de cómo sería su vida si aceptaba ser su esposa. Claramente, Juan Carlos, no dejaría a la reina Sofía, su religión no se lo permitiría, esto la llevó a concluir que siempre estaría a la sombra de su primer matrimonio y no era una idea que le agradase, todo lo contrario.
En ese entonces, Corinna tenía en su mente a su padre todo el tiempo, quien hacía muy poco tiempo había fallecido, por lo que no estaba en condiciones de agregar más problemas a su rutina, suficiente tenía con los medios y la esposa de su amigo entrañable, hostigándola constantemente.
El rechazo a la pregunta le cayó muy mal al padre del rey Felipe VI, pero como la misma alemana ha manifestado, se comportaba acorde a sus caprichos y estaba acostumbrado a que aquellos que lo rodeaban hicieran de todo por verlo feliz.
Ahí es cuando te das cuenta de que, para todos, sólo eres una plebeya que sólo tiene que hacer lo que le dicen. A mí no me criaron ni educaron así.
De esta manera, Juan Carlos I se quedó sin el amor de su vida y sin el anillo de diamantes, ya que Corinna no perdió oportunidad en conservar semejante joya, no solo por su valor monetario sino por la historia que contiene. La empresaria aún amaba al emérito pero estaba pasando por un mal momento y temía que la obsesión del monarca por ella no terminara bien, ¿o no recordáis las historias sobre las “amigas” que no tuvieron un final feliz? Esto cambiará por completo la forma en la que muchos ven al abuelo de la princesa Leonor.