Letizia llegó a la realeza española para mejorar la imagen de la misma. En cada una de sus apariciones, la sociedad le hace saber lo mucho que la quieren y cuánto la admiran. En sus actos resuenan ensordecedores aplausos, y esto va más allá de nuestras fronteras, pues igual consideración tiene en el resto del mundo.
Sin embargo, antes de ser Reina Consorte, Letizia tuvo una juventud normal, por llamarla de alguna manera; es decir, como la de cualquier otra persona. Y en esos años, la esposa del rey Felipe se comportó de manera acorde a su edad, aunque hoy cueste imaginarla así.
La tía de Carla Vigo ha tenido su época más rebelde mientras cursaba sus estudios universitarios de la carrera de Periodismo. Quienes saben del tema aseguran que llegó a vender tabaco en las calles de México, mientras se encontraba allí preparando su tesis.
La madre de la princesa Leonor y la infanta Sofía lo hizo para conseguir dinero y poder salir con sus amigos, como pretende hacerlo cualquiera de esa edad. También ha estado casada con uno de sus profesores, y se divorció tiempo antes de conocer al hijo de Juan Carlos I. Pero hay algo que sorprende más que nada.
Fuente: (Twitter).
Letizia se hizo un tatuaje.
Aunque resulte difícil de creer, Ortiz se realizó una marca con tinta en alguna parte de su humanidad. Nunca ha trascendido dónde lo tiene (o tenía), pero ha de ser en un sector oculto, pues jamás se ha podido apreciar algo así en su figura durante todos estos años.
De esta manera, si aún posee esto que mencionamos, quizás solo Felipe VI tenga acceso al mismo y pueda verlo. Pilar Eyre ha contado que en esos tiempos aprendió a hablar catalán haciendo dedo para recorrer la costa de Cataluña, donde estudiaba su hermana.
Letizia puede o no tener el tatuaje, pero de acuerdo con fuentes dignas de crédito, se le habría pedido que se lo quite antes de contraer matrimonio con el monarca, pues se trataba de algo "mal visto". Nadie sabe si accedió o no, más que ella y los suyos.