Reina Sofía es sinónimo de amor incondicional para buena parte de España, y de lo diametralmente opuesto para la otra. Ha sido capaz de despertar un notable afecto en muchos, aunque hay otros que la resisten y juran que ella no les cae en gracia ni siquiera un poco.
Varios aspectos de la vida de la Reina Sofía son todo un misterio, y la prensa se vale solo de aquello que se hace de público conocimiento, cuando hay actividades oficiales o comunicados de la Casa Real, pero jamás ha accedido a brindar una entrevista, más que en una ocasión.
La única periodista que ha tenido el honor, es Pilar Urbano. Cuando pudo dialogar de frente con la esposa de Juan Carlos I, la comunicadora le preguntó si tenía amigas. La respuesta de la madre de Felipe resuena, hasta día de hoy, en los oídos de todos los que conocieron el contenido de esa conversación.
"¿Personas para contarles mis cosas y compartir confidencias? No tengo", aseguró. Y es verdad. Solo dos personas son de su confianza, y ambas pertenecen a la familia de la Monarca, según bien lo menciona Pilar Eyre en su 'blog' de la revista 'Lecturas', en un artículo recientemente publicado.
Ellas son su hermana Irene y su prima Tatiana Radziwill.
Así lo manifiesta también la periodista. Respecto a la primera, cuenta unas anécdotas muy singulares que tienen que ver con los novios que tuvo, y es en esta en quien nos vamos a centrar. Uno de ellos era Gonzalo de Borbón, primo del Rey Emérito, a quien este advirtió que si su relación continuaba, le iba a expulsar de España. De inmediato, él obedeció. Algo similar sucedió con Jesús Aguirre.
A este le manifestó: "Oye, tú, deja en paz a mi cuñada, que es una inocente y todo se lo cree. No la enredes, no quiero que vuelvas a hablarla". Desde entonces no se le ha conocido otra ilusión, y se refugia en la suegra de Letizia, a quien adora y con la cual se identifica. Con su cuñado, se dice que no ha vuelto a cruzar palabra luego de esos acontecimientos.
Así, la Reina Sofía pasa ahora sus días en su increíble palacio de 9 mil metros cuadrados, con tres edificaciones anexas, piscinas y solárium, y teniendo coches y barcos a su antojo. A su vez, está a miles de kilómetros de su marido, que permanece en el exilio, en Abu Dabi. Y desde la calma de su hogar, dialoga muy seguido con esa que tanto la ama.