La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin habían anunciado su separación el invierno pasado, luego de que el exduque de Palma le haya sido infiel a su esposa. En el último mes se han reunido unas tres veces en total, lo cual generó muchas sospechas, no de reconciliación ya que él se encuentra en pareja, sino de que el divorcio finalmente se firme.
El primer encuentro de la infanta Cristina y su ex pareja ha sido en Bidart, donde ella se acercó principalmente para tener una charla con él. Esto fue poco tiempo antes de que toda la sociedad la haya visto romper en llanto y ser consolada por Ainhoa Armentia.
Según pudimos saber de la mano de Kike Calleja en “Esdiario”, se trató de un encuentro bastante tenso de ambas partes. “No hubo gestos cariñosos, ningún beso, tan solo una conversación de al menos media hora en la que ambos miraban casi todo el tiempo al mar mientras hablaban”, aseguró el periodista.
Por otra parte, la segunda vez que coincidieron fue en el funeral de su amigo en común, Eduardo Roldán, el director y gerente de la estación de esquí de Candanchú y amigo personal de varios miembros de la familia real.
La situación ha sido muy distinta en este caso, lo cual había llamado mucho la atención de todos aquellos que los vieron. Puesto que se mostraron muy juntos y charlaron un largo tiempo. Según fuentes que estuvieron en el lugar, al cual acudieron luego del velorio, contaron que Iñaki Udangarin y su expareja se quedaron cerca de dos horas, siempre muy juntos aunque rodeados de otras personas, nunca solos.
Pero el tercer encuentro se ha desarrollado esta semana en Ginebra, según ha revelado Vanitatis: "Urdangarin ha viajado a Suiza esta semana, donde ha visitado a su exmujer y a su hija, Irene. Se enmarca dentro de esa nueva fase en la que está sumida la pareja y en la que todo va dirigido a restablecer la relación".
Aunque esto si bien podría ser una forma para arreglar las cosas y calmar la polémica que se había desatado con su separación, según Vanitatis "Iñaki estaría enfadado con la hija de los reyes y con su exfamilia política, porque considera que no le han apoyado y no le han dado todo lo que le prometieron después de entrar en prisión".
Así es que mucha gente cree que quizás estos acercamientos han sido una estrategia del exduque para poner paños frios a la situación y terminar de una vez por todas con los conflictos, firmando el divorcio del matrimonio. Por otra parte, el Juan Carlos I quiere que la infanta Cristina esté tranquila, y sobre todo que “Urdangarin esté tranquilo para que no se convierta en una molestia para la Casa Real".