Letizia y su esposo se habían tomado un respiro de sus obligaciones a mediados del pasado diciembre, coincidiendo con la llegada de la Navidad y las vacaciones de la princesa Leonor, pero, su lecho de rosas ha llegado a su fin y ahora, volvemos a verlos en sus habituales eventos. Con el fin de las celebraciones, comienzan días intensos para los monarcas.
Letizia se encontraba feliz de haber estado junto a sus hijas durante las festividades, afortunadamente ambas se han encontrado en la Casa Real para la Nochebuena. El día de ayer, el matrimonio real oficialmente regresaba a la rutina.
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La soberana y Felipe VI estarán en el pueblo de Mellorca, en donde visitarán una farmacia que les ha sido heredada en el 2010, gracias al empresario Juan Ignacio Balada Llabrés. Recordemos que en ese entonces aún eran Príncipes de Asturias.
Hoy se dirigen a la Isla del Rey para presentarse en el antiguo hospital, además, se encontraban presentes en la inauguración de dicho comercio, el cual, actualmente es utilizado por la Fundación de discapacitados del lugar, gracias a la generosidad de los gobernantes.
Quién fue el anterior dueño
Juan Ignacio Balada Llabrés, un amigo personal de la corona británica, quien decidió dejarle al hijo de Juan Carlos I y su nuera, un presente antes fallecer a los 70 años. La experiodista y su esposo no habían sido los únicos en quienes el farmacéutico había pensado, también incluyó a los ocho nietos de Doña Sofía y el emérito.
Letizia recibió el comercio con mucho orgullo, ha sido un honor para los gobernantes de España tener la oportunidad de seguir apoyando a su pueblo. El difunto empresario había aclarado en su testamento que si la familia real no recibía su herencia, esta iría al Estado de Israel.