Cada año Letizia y todos los integrantes de la casa real tienen un plan que esperan muy ilusionados, sus vacaciones en el Palacio de Marivent. Una tradición que han iniciado los suegros de la experiodista y en la que crean recuerdos invaluables.
Si bien, Letizia podría pensar que no se puede pagar lo especial que es este lugar para todos, lo cierto es que mantener esta casa resulta bastante costoso. El precio por mantener el punto de reunión con los parientes nunca ha sido un problema para Juan Carlos I, sin embargo, la monarca y su esposo no lo ven de la misma manera.
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Mientras que la infanta Elena, Cristina y Felipe VI tenían sus vacaciones todos los años en Marivent, parece que la soberana estaría considerando no volver allí. Los primeros pasos de sus hijas, las fiestas y la calidez familiar no tienen el peso suficiente para hacerla cambiar de opinión.
Es más que evidente que Letizia y Juan Carlos I tienen maneras muy diferentes de gobernar y priorizar sus necesidades. El emérito nunca se ha preocupado por el gasto que implicaba mantener su lugar de descanso, sin embargo, la esposa del actual monarca no comparte estos mismos valores.
Por supuesto que a la soberana le importa su familia y que la unión prevalezca, sin embargo, la opinión del pueblo ha adquirido más fuerza que años atrás. Todas las acciones de la realeza son cuestionadas y ya no temen dirigirse ante ellos cuando les molesta.
El hartazgo de la sociedad española por el gasto público que implica el palacio de verano estaría obligando a Letizia a renunciar a sus diez días de completo descanso en uno de sus sitios favoritos, así mismo, podría traer disputas con Sofía de Grecia y su esposo. Mantener a Marivent cuesta un millón de euros por año, al menos hasta el momento.