El pollo al ajillo es uno de esos platos tradicionales de la cocina española que nunca pasan de moda. Se trata de una receta sencilla, económica y muy sabrosa, que se puede preparar con pocos ingredientes y que gusta a todo el mundo. Además, es una forma de aprovechar el pollo, una carne baja en grasa, de gran valor nutricional y muy versátil.
Pero si hay un cocinero que ha sabido darle su toque personal al pollo al ajillo, ese es Karlos Arguiñano, el popular chef vasco que lleva más de 30 años deleitando a los espectadores con sus recetas en televisión. Arguiñano es un referente de la gastronomía española, que ha publicado más de 50 libros de recetas, cuenta con la Escuela de Hostelería Aiala y su restaurante en Zarautz.
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En su programa Cocina Abierta de Karlos Arguiñano, que se emite en Antena 3, el cocinero suele preparar platos fáciles, económicos y de temporada, respetando las técnicas y sabores tradicionales, pero también añadiendo su toque de humor, sus anécdotas, sus chistes y sus canciones. Entre sus recetas más exitosas se encuentra el pollo al ajillo, que ha preparado en varias ocasiones con algunas variaciones.
¿Quieres saber cómo hacer pollo al ajillo al estilo de Karlos Arguiñano? Te lo contamos paso a paso.
Ingredientes para 4 personas
- 1 pollo entero de aproximadamente 1,7 kg, troceado y sin piel (salvo las alitas)
- 5 dientes de ajo pelados y laminados
- Aceite de oliva virgen extra
- Harina de trigo
- Zumo de medio limón
- 500 ml de caldo de pollo
- 150 ml de vino de Jerez o de un vino blanco
- 1 hoja de laurel
- Sal y pimienta negra al gusto
- Perejil picado para decorar (opcional)
Elaboración
- Salpimentamos los trozos de pollo y los pasamos ligeramente por harina, sacudiendo el exceso.
- En una sartén amplia calentamos aceite de oliva y freímos los ajos hasta que se doren, cuidando que no se quemen. Los retiramos y reservamos.
- En el mismo aceite freímos el pollo a fuego fuerte para dorar su exterior, dándole la vuelta de vez en cuando para que quede uniforme. Retiramos parte del aceite para que no quede muy graso.
- Añadimos el zumo de limón y removemos para que todas las piezas se impregnen de su sabor.
- Añadimos el caldo de pollo, la hoja de laurel y el vino de Jerez o blanco. Dejamos que hierva a fuego medio-alto hasta que el líquido se reduzca y la salsa espese, unos 20 minutos aproximadamente.
- Incorporamos los ajos fritos que habíamos reservado y rectificamos de sal y pimienta si hace falta.
- Espolvoreamos con perejil picado si nos gusta y servimos el pollo al ajillo bien caliente, acompañado de pan, patatas fritas o ensalada.
Consejos y trucos
- Para que el pollo quede bien jugoso y tierno, es importante que lo compremos de buena calidad, preferiblemente de corral, y que lo troceemos en piezas no muy grandes.
- Podemos aromatizar el aceite con unos ajos enteros y con piel, que luego retiraremos, en lugar de laminarlos. Así evitamos que se quemen y amarguen la salsa.
- Si queremos darle un toque más intenso de sabor, podemos añadir unas hierbas aromáticas al guiso, como romero, tomillo o orégano.
- Si nos gusta el sabor del ajo, podemos añadir más cantidad o incluso machacar algunos dientes y añadirlos al final del guiso.
- Si queremos que la salsa quede más ligera, podemos sustituir el caldo de pollo por agua o por un caldo vegetal.
- Si no tenemos vino de Jerez o blanco, podemos usar otro tipo de vino, como tinto o rosado, o incluso cerveza o sidra. También podemos prescindir del alcohol y usar solo caldo o agua.
- Si queremos darle un toque ácido al plato, podemos añadir un poco de vinagre de vino o de manzana al final de la cocción, o exprimir un limón sobre el pollo al servirlo.
¡Y listo! Ya puedes disfrutar de tu pollo al ajillo. Espero que te haya gustado esta nota periodística sobre cómo hacer pollo al ajillo al estilo de Karlos Arguiñano.