El entrenamiento canino es una parte fundamental de la convivencia con tu mascota, ya que te permite enseñarle las normas básicas de comportamiento, reforzar el vínculo afectivo y estimular su mente. Sin embargo, no siempre es fácil adiestrar a un perro y muchas veces se cometen errores que pueden dificultar el proceso o incluso generar problemas.
En este artículo te vamos a mostrar 6 errores que debes evitar al entrenar a tu mascota y cómo corregirlos.
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- Utilizar el adiestramiento canino tradicional basado en el refuerzo negativo y los castigos.
Este método consiste en reprender o castigar al perro cuando hace algo mal, con la intención de eliminar la conducta no deseada. Sin embargo, esto puede provocar que el perro tenga miedo, estrés o ansiedad, y que no aprenda lo que realmente quieres que haga. Además, puede dañar la relación de confianza y respeto entre ambos. Lo más recomendable es usar el adiestramiento canino en positivo, que se basa en premiar al perro cuando hace algo bien, con comida, caricias o palabras amables. Así el perro asociará la conducta deseada con algo agradable y estará más motivado y feliz.
- Tener un refuerzo demasiado bajo o un mal timing.
El refuerzo es el premio que le das al perro cuando hace lo que le pides. Es importante que sea suficiente para mantener su interés y que sea adecuado a sus preferencias. No todos los perros valoran lo mismo, algunos prefieren la comida, otros el juego o la atención. También es importante que el refuerzo sea inmediato, es decir, que se lo des justo después de la conducta deseada, para que el perro pueda asociarla con el premio. Si tardas demasiado o se lo das antes, el perro se confundirá y no sabrá qué es lo que tiene que hacer.
- Entrenar con objetos que cuelgan.
Muchas veces entrenamos a nuestro perro con bolsas, bolsos, riñoneras o bufandas colgando de nuestro cuerpo. Esto puede ser muy incómodo para el perro, ya que le distrae y le dificulta concentrarse en lo que le estamos pidiendo. Además, puede provocar que el perro intente morder o tirar de esos objetos, lo que puede ser peligroso o molesto. Lo mejor es entrenar con una vestimenta adecuada, sin objetos que cuelguen y que puedan interferir en el adiestramiento.
- No dar una señal clara de finalización del entrenamiento.
Es importante que nuestro perro sepa cuándo ha terminado el entrenamiento, para que pueda relajarse y seguir con sus rutinas diarias. Si no le damos una señal clara de que ha terminado, es posible que siga esperando y buscando la forma de entender lo que le pedimos, lo que hará que se sienta frustrado e incluso ansioso. Además, si finalmente deja de prestarnos atención sin habérselo pedido expresamente, aprenderá a cortar los ejercicios y sesiones de adiestramiento cuando quiera. Para evitarlo, debemos buscar una señal clara de finalización del entrenamiento, como una palabra específica o un gesto concreto. Por ejemplo, podemos decir “fin” o hacer un gesto con la mano. También podemos quitarnos la riñonera de trabajo, guardar la comida o jugar con él/ella.
- No tener en cuenta el estado emocional de nuestro perro.
El adiestramiento canino no solo depende de nuestra habilidad como entrenadores/as, sino también del estado emocional de nuestro perro. Si nuestro perro está cansado, aburrido, estresado o asustado, no podrá aprender correctamente ni disfrutar del entrenamiento. Por eso debemos respetar sus necesidades y adaptarnos a su ritmo de aprendizaje. Debemos observar su lenguaje corporal y sus señales de calma o estrés para saber cómo se siente y actuar en consecuencia.
- No respetar el ritmo de aprendizaje de nuestro perro.
Cada perro es diferente y tiene su propio ritmo de aprendizaje. No podemos pretender que todos los perros aprendan lo mismo en el mismo tiempo ni de la misma forma. Algunos perros son más rápidos, otros más lentos, algunos más curiosos, otros más tímidos. Debemos tener en cuenta las características individuales de nuestro perro y adaptar el entrenamiento a sus capacidades y limitaciones. No debemos exigirle más de lo que puede dar ni frustrarnos si no avanza al ritmo que esperamos. Lo importante es que el entrenamiento sea un proceso gradual, divertido y positivo para ambos.
Estos son algunos de los errores que debes evitar al entrenar a tu perro y cómo corregirlos. Recuerda que el adiestramiento canino es una forma de mejorar la convivencia con tu mascota, de estimular su mente y de reforzar el vínculo afectivo. Por eso debes hacerlo con paciencia, constancia y respeto, siempre buscando el bienestar de tu perro y el tuyo.