Los sellos de la reina Isabel II son unos de los más populares y valiosos entre los coleccionistas de todo el mundo. Sin embargo, debido al paso del tiempo, al manejo inadecuado o a los accidentes, algunos de estos sellos pueden sufrir daños que afecten a su belleza y a su valor. ¿Qué hacer si tienes un sello roto de la reina Isabel II en tu colección? ¿Se puede restaurar? ¿Cómo hacerlo sin dañar aún más el sello? En esta nota te daremos algunos consejos para conservar y restaurar tus sellos de la reina Isabel II.
¿Qué tipos de daños pueden sufrir los sellos de la reina Isabel II?
Los sellos de la reina Isabel II pueden sufrir diferentes tipos de daños, según el material, el diseño y el estado de conservación. Algunos de los daños más comunes son:
- Roturas: Se producen cuando el sello se rasga o se corta, ya sea por un doblez, una caída o un corte accidental. Las roturas pueden afectar a una parte o a todo el sello, y pueden ser visibles o no según el tamaño y la ubicación.
- Manchas: Se producen cuando el sello se ensucia con algún líquido, grasa, polvo u otra sustancia. Las manchas pueden alterar el color, la textura y el brillo del sello, y pueden ser difíciles de eliminar sin dañar el papel o la tinta.
- Decoloración: Se produce cuando el sello pierde su color original por la exposición a la luz, al calor, a la humedad o a agentes químicos. La decoloración puede afectar a todo el sello o solo a algunas zonas, y puede ser irreversible o reversible según el grado y la causa.
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- Desgaste: Se produce cuando el sello se deteriora por el uso, el roce o el paso del tiempo. El desgaste puede provocar que el sello pierda su forma, su grosor, su nitidez o su brillo, y puede ser más o menos evidente según el tipo y la calidad del papel y la tinta.
¿Cómo restaurar los sellos rotos de la reina Isabel II?
Si tienes un sello roto de la reina Isabel II en tu colección, quizás te preguntes si se puede restaurar y cómo hacerlo. La respuesta depende del tipo y del grado de daño que tenga el sello, así como del valor sentimental o económico que le des. En general, existen dos opciones: restaurar el sello tú mismo o llevarlo a un profesional.
Restaurar el sello tú mismo: Esta opción puede ser más económica y rápida, pero también más arriesgada, ya que puedes dañar aún más el sello si no tienes los conocimientos, las herramientas o los materiales adecuados. Además, debes tener en cuenta que una restauración casera puede disminuir el valor del sello si se nota que ha sido alterado.
Algunas de las técnicas que puedes usar para restaurar un sello roto son:
Pegar el sello con un adhesivo especial: Esta técnica consiste en unir las partes rotas del sello con un adhesivo especial para filatelia, que sea transparente, flexible y que no contenga ácidos ni disolventes que puedan dañar el papel o la tinta. El adhesivo se debe aplicar con cuidado y con una cantidad mínima, y se debe presionar suavemente el sello hasta que se seque. Esta técnica puede ser útil para reparar pequeñas roturas o cortes en el sello, pero puede dejar marcas o residuos si no se hace correctamente.
Reforzar el sello con un papel de refuerzo: Esta técnica consiste en pegar un papel de refuerzo en la parte trasera del sello, que sea del mismo color y grosor que el original, y que tenga una textura similar. El papel de refuerzo se debe recortar con precisión para que coincida con la forma del sello, y se debe pegar con un adhesivo especial para filatelia. Esta técnica puede ser útil para reparar roturas o cortes más grandes en el sello, pero puede alterar el aspecto o el peso del sello si no se hace correctamente.
Limpiar el sello con un líquido especial: Esta técnica consiste en sumergir el sello en un líquido especial para filatelia, que sea capaz de eliminar las manchas, la suciedad o la grasa sin dañar el papel o la tinta. El líquido se debe elegir según el tipo y el color del sello, y se debe seguir las instrucciones del fabricante. El sello se debe secar con cuidado y sin aplicar calor ni presión. Esta técnica puede ser útil para eliminar manchas o suciedad en el sello, pero puede provocar decoloración o deformación si no se hace correctamente.