La reina Isabel II es una de las monarcas más respetadas del mundo. Su reinado, que comenzó en 1952, ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos, culturales y sociales. Una de las aficiones de la soberana británica es la filatelia, el arte de coleccionar y estudiar sellos postales.
Pero, ¿Qué hace que los sellos de Isabel II sean tan codiciados por los coleccionistas y aficionados a la filatelia? Existen tres aspectos fundamentales que determinan el valor de estas joyas filatélicas: la rareza, la calidad y el diseño.
La rareza: se refiere a la escasez o dificultad de encontrar un determinado sello en el mercado. Cuanto más raro sea un sello, mayor será su precio. Algunos de los sellos más raros de la colección de Isabel II son los que presentan errores de impresión, como el famoso “Wilding Invertido” de 1961, que muestra el retrato de la reina al revés, o el “Machin Dorado” de 1966, que tiene un valor facial de 100.000 euros.
La calidad: se refiere al estado de conservación y preservación de un sello. Cuanto mejor sea la calidad, mayor será su valor. Los factores que influyen en la calidad son el centrado, el dentado, el color, el matasellos, la goma y la limpieza. Los sellos que se encuentran en perfectas condiciones, sin defectos ni deterioros, se denominan “nuevos” o “sin circular”.
Los sellos que han sido usados para enviar correspondencia se denominan “usados” o “circulados”. Los sellos nuevos suelen tener un valor superior a los usados, salvo que se trate de ejemplares muy raros o históricos.
El diseño: se refiere a la belleza y originalidad de un sello. Cuanto más atractivo sea el diseño, mayor será su valor. Los sellos de Isabel II se caracterizan por mostrar su efigie en diferentes estilos y épocas, desde el clásico perfil laureado hasta el moderno retrato fotográfico.
Además, los sellos conmemoran diversos eventos y temas relacionados con la historia, la cultura, la naturaleza y la sociedad del y del mundo. Algunos de los diseños más destacados son los que celebran las bodas reales, los aniversarios del reinado, las Olimpiadas, los Juegos de la Commonwealth o las Navidades.
La colección de sellos de Isabel II es una muestra de la riqueza y diversidad del patrimonio filatélico británico y mundial. Estas joyas filatélicas son apreciadas por su valor histórico, cultural y artístico, así como por su valor económico. Sin duda, se trata de una afición digna de una reina.