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El perfume es un accesorio invisible que puede realzar tu personalidad, tu estado de ánimo y tu estilo. Sin embargo, no basta con elegir una fragancia que te guste, también hay que saber cómo aplicarla correctamente para que dure más y no moleste a los demás.
A continuación, te damos algunos consejos y trucos para que aproveches al máximo tu perfume y evites los errores más comunes.
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Elige el perfume adecuado para ti
No todos los perfumes son iguales, ni tampoco todas las pieles. Por eso, es importante que elijas una fragancia que se adapte a tu tipo de piel, a tu personalidad y a la ocasión. Para ello, puedes seguir estos pasos:
- Prueba el perfume en tu piel, no en un papel o en otra persona. Así podrás comprobar cómo reacciona con tu química corporal y cómo evoluciona a lo largo del día.
- Aplica el perfume en los puntos de pulso, es decir, donde late el corazón. Estos son: las muñecas, el cuello, detrás de las orejas, el escote, los codos y las rodillas. Estas zonas son más cálidas y ayudan a difundir el aroma.
- Espera unos minutos antes de oler el perfume, para que se asiente en tu piel y puedas apreciar las distintas notas olfativas. Un perfume tiene tres fases: la salida, el corazón y el fondo. La salida es la primera impresión, el corazón es el aroma principal y el fondo es el que perdura más tiempo.
- No te dejes llevar por las modas o por las opiniones de los demás. Lo importante es que el perfume te guste a ti y te haga sentir bien. Recuerda que el perfume es una forma de expresión personal.
Aplica el perfume correctamente
Una vez que hayas elegido el perfume adecuado para ti, es hora de aplicarlo correctamente. Para ello, ten en cuenta estos consejos:
- No te excedas con la cantidad. Menos es más. Con unas pocas gotas o pulverizaciones es suficiente para perfumarte. Si te pasas, puedes provocar el efecto contrario y resultar molesto para los demás o para ti mismo.
- No frotes el perfume. Al hacerlo, alteras las moléculas del perfume y cambias su aroma. Además, puedes irritar tu piel. Lo mejor es dejar que el perfume se seque solo sobre tu piel, sin frotar ni esparcir.
- No mezcles varios perfumes. Si quieres cambiar de fragancia, espera a que se desvanezca la anterior o lávate la zona donde la aplicaste. Si mezclas varios perfumes, puedes crear un cóctel indeseado y confuso.
- No apliques el perfume sobre la ropa o el cabello. Al hacerlo, puedes mancharlos o dañarlos. Además, el perfume no se fija igual en las fibras que en la piel. Lo ideal es aplicar el perfume sobre la piel limpia e hidratada, preferiblemente después de la ducha.
Evita los errores más comunes
Aunque parezca sencillo, aplicar el perfume correctamente no es algo que se haga de forma intuitiva. Muchas veces, cometemos errores que pueden arruinar nuestra experiencia olfativa. Estos son algunos de los más frecuentes:
- Guardar el perfume en un lugar inadecuado. El perfume es sensible a la luz, el calor y la humedad. Por eso, debes guardarlo en un lugar fresco, seco y oscuro, como un armario o un cajón. Evita dejarlo en el baño, en el coche o cerca de una ventana.
- Cambiar de perfume según la estación. No es necesario que tengas un perfume para cada estación del año, pero sí que adaptes tu elección al clima. En general, los perfumes frescos, cítricos y florales son más adecuados para el verano, mientras que los perfumes intensos, orientales y amaderados son más apropiados para el invierno.
- Aplicar el perfume en el mismo lugar siempre. Es bueno variar los puntos de aplicación del perfume, para evitar que se acostumbre tu nariz y deje de percibirlo. También puedes alternar diferentes fragancias, siempre que sean de la misma familia olfativa o que combinen bien entre sí.
Siguiendo estos consejos y trucos, podrás aplicar el perfume correctamente y evitar los errores más comunes. Así, podrás disfrutar de tu fragancia favorita y potenciar tu atractivo y tu confianza. Recuerda que el perfume es un arte y una ciencia, y que requiere de atención y cuidado. ¡No lo dejes al azar!